divendres, de març 17, 2006

La fi del cagalàstics

M'ha sorprès la manca d'entusiasme dels serbis davant el cadàver del seu líder, Milosevic. Després, he recordat les famoses dites de A rey muerto, rey puesto i Ves-te'n Anton que qui es queda ja es compon, entre d'altres. També he recordat una hipòtesi d'Hannah Arendt a Los orígenes del totalitarismo; Arendt, com sempre, profunda i inquietant.

Nada resulta más característico de los movimientos totalitarios en general y de la calidad de la fama de sus dirigentes en particular como la sorprendente celeridad con la que son olvidados y la sorprendente facilidad con que pueden ser reemplazados (...) Esta impermanencia tiene, sin duda, algo que ver con la proverbial volubilidad de las masas y de la fama que al respecto se le atribuye; pero muy probablemente puede remontarse a la manía del desplazamiento perpetuo de los movimientos totalitarios, que sólo pueden hallarse en el poder mientras estén en marcha y pongan en movimiento a todo lo que haya en torno a ellos. Por eso, en cierto sentido, esta misma impermanencia es un testimonio más bien halagador para los dirigentes muertos en cuanto que lograron contaminar a sus súbditos con el virus específicamente totalitario; si existe algo semejante a una personalidad o mentalidad totalitarias, esta extraordinaria adaptabilidad, esta ausencia de continuidad, son indudablemente sus características relevantes. Por ello puede ser erróneo suponer que la inconstancia y el olvido de las masas significan que se hallan curadas de la ilusión totalitaria, ocasionalmente identificada con el culto a Hitler o a Stalin; lo cierto puede ser todo lo contrario.

En efecte, el tret principal de l'essència totalitària es pot concretar en la paraula "moviment"; sense anar més lluny, tenim el famós movimiento falangista. Segons es desprèn d'Arendt, les denominades leyes del movimiento, inclourien una contradicció in terminis; de fet, però, el totalitarisme canvia el significat mateix de "llei", que "de expresar el marco de estabilidad dentro del cual pueden tener lugar las acciones y los movimientos humanos, se convierte en expresión del movimiento mismo". Llei del moviment, doncs. L'estatus mateix immanent a l'Estat es converteix en l'enemic a abatre. Es tracta de debilitar tota estructura estable, tota permanença, a base d'una multiplicitat d'organismes paraestatals que donguin pas a la llei del moviment: la llei de la Natura o de la Història, segons el nazisme o l'stalinisme. La llei de matar:
El recurso por el que ambos gobernantes totalitarios acostumbraban a transformar sus respectivas ideologías en armas con las que cada uno de sus súbditos se obligaba a marchar al paso del movimiento del terror era engañosamente simple y nada conspicuo: tomaban en serio a los muertos (...) Una "clase moribunda" estaba constituida por personas condenadas a muerte; las razas que son "incapaces de vivir" tenían que ser exterminadas.
Un altre dia més. Aquest llibre em té glaçat el cor i escalfat el cap.