divendres, de desembre 17, 2004

Nadal

Quan jo era petita, tiràvem la casa per la finestra. Avui en dia, no sé què fem; potser tot plegat ha perdut sentit, però jo diria que encara ens podem reconèixer, petits i grans, en el que diu el psicoanalista infantil Bruno Bettelheim:

El temor a las privaciones físicas y emotivas son las dos principales ansiedades del hombre. El hambre y la inanición son las formas básicas de las primeras, mientras que el abandono -cuya forma última y esencial es la muerte- lo es de las segundas.

Las festividades familiares que se celebran alrededor de una mesa colmada de viandas combaten así las mayores ansiedades del niño (...) La "reunión del clan" tranquiliza al niño porque le demuestra que, en lo que se refiere a su seguridad contra el abandono, no está obligado a confiar sólo en los padres. La comida abundante también proporciona la seguridad, tanto en el nivel real como en el simbólico, que es mucho más importante, de que no padecerá inanición.

Cuando los nazis ocuparon Noruega, Stefi Pedersen (psicoanalista sueca) sirvió de guía a un grupo de refugiados, entre los que había varios niños, que consiguieron huir en lo más crudo del invierno cruzando las altas montañas que separan Noruega de Suecia. Nadie se llevó más de lo que pudiera transportarse fácilmente sobre los hombros. Para la mayoría de los componentes del grupo no era la primera vez que huían de los nazis, ya que unos años antes habían huido de Alemania o Austria a Noruega. Así que estos refugiados sabían por experiencia lo que significa tener que abandonar casi todo lo que se posee y llevarse sólo lo más importante (...) Pederson miró por casualidad en una de las mochilas de los niños y encontró una estrellita de plata, del tipo que se suele colgar en el árbol de Navidad (...) Examinó las mochilas de los demás niños y una y otra vez encontró adornos baratos para el árbol de Navidad: estrellas y campanas hechas de cartón y cubiertas de purpurina. Esto era lo que los niños habían escogido para llevarse de Noruega con preferencia a todo lo demás.

Así pues, probablemente este es el sentido más hondo y tranquilizador que la Navidad tiene para un niño: un recuerdo que le sostiene en situaciones adversas.
Me'n vaig pitant. Porto una llarga llista de joguines i una llarga llista de viandes a la motxilla. Espero que el bon record del Nadal de la meva infància m'ajudi en les situacions adverses a l'interior de supers i hipers diversos.
Bon Nadal.