divendres, de juny 24, 2011

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Polítics low cost

Oliveres

7 comentaris:

claudio ha dit...

Me ha dejado algo preocupado un comentario suyo en donde Luri, diciendo que no conocía Canada.

Si descubrir a Canada le alegró el día, espero que aquí encuentre horas y horas de gozo.

http://www.mapsofworld.com/world-political-map.htm

lola ha dit...

Je. Hombre, nunca viene mal un repasito por los mapas. Y no conozco Canadá, una pena.

claudio ha dit...

Lo de Azúa que comentamos. No encuentro enlace.

Progre. Félix de Azúa

Está persuadido de que en el mundo hay pobres porque un reducido número de hombres ricos conspira sin fatiga para la creación de hombres pobres. Esta conspiración, por otra parte, se inica con la prehistoria y no ha sufrido interrupción. Desde hace decenas de miles de años, un grupo de hombres ricos se dedica a amontonar riquezas, de tal manera que sea inevitable la pobreza de todos los demás. Este reducido grupo de hombres ricos es, además, esencialmente perverso, ya que, según cree, hay que ser muy malvado para dedicarse a una actividad tan reprobable, la de producir hombres pobres.
No sabe cómo podría remediarse un problema tan duradero y al que, según parece, se le han dado múltiples soluciones, siempre fracasadas. Que fracasen todas las soluciones de un modo catastrófico y con millones de víctimas, no quiere decir, en su opinión, que sea imposible remediarlo. Hay que seguir intentándolo sin descanso, dice, y pone un énfasis especial en esta fe perseverante, aunque no se tenga por un hombre religioso.
La presencia de ricos en este mundo le molesta como un insulto personal, como un ataque a su propia integridad y honradez, honradez e integridad que sólo comparte con los pobres. Tan sólo él y los pobres son en verdad honrados e íntegros. A veces, esa honradez substancial la llama "inevitable destino histórico de las masas desheredadas", frase que repite todo lo ya dicho, a saber, que sólo los pobres (y él mismo) tienen derecho a ser tomados en serio.
Que siempre haya habido ricos y pobres no le conduce a la duda, la desesperación o la risa, sino a una mayor certeza de que es preciso acabar con la conspiración de los ricos contra los pobres. La oposición ricos/pobres, a diferencia de otras oposiciones (listos y tontos, sanos y enfermos, alegres y mortecinos), la considera obra humana.
Con todo, ha desarrollado una gran habilidad para ganar dinero. De hecho, mucho dinero. Pero ello no impide que él no se considere uno de esos hombres ricos que producen hombres pobres. De modo que continúa diciendo que un número discreto de hombres ricos está infatigablemente conspirando para crear hombres pobres. Y lo cree de verdad.

PS: La próxima vez me saldrá bien el pan.

claudio ha dit...

Del otro texto, de Theodore Dalrymple no lo he encontrado entero, sólo el fragmento en cuestión.

Theodore Dalrymple: Political correctness is communist propaganda writ small. In my study of communist societies, I came to the conclusion that the purpose of communist propaganda was not to persuade or convince, nor to inform, but to humiliate; and therefore, the less it corresponded to reality the better. When people are forced to remain silent when they are being told the most obvious lies, or even worse when they are forced to repeat the lies themselves, they lose once and for all their sense of probity. To assent to obvious lies is to co-operate with evil, and in some small way to become evil oneself. One’s standing to resist anything is thus eroded, and even destroyed. A society of emasculated liars is easy to control. I think if you examine political correctness, it has the same effect and is intended to.

lola ha dit...

Claudio:
1.- Déjese de utopías. Uno de los libros que llevé hace tiempo al container era "La conquista del pan".
2.- Una precisión a Azúa, el progre no es un hombre rico malvado porque su dinerillo suele haberlo heredado de papá (ése sí que es siempre malo). Sé de uno que iba al Parlament en 600 y al Empordà en Rolls (decían las malas lenguas), pongamos un Jaguar y no andaremos lejos de la verdad.
3.- Tenía guardada esa cita de Dalrymple, seguramente gracias a usted. Arendt estaría totalmente de acuerdo.

claudio ha dit...

La verdad, mi única utopía actual es hacer pan decente.
Aunque igual es a ésa a la que se refiere usted y el título del libro es una sutil indirecta. De ser así, lamento decirle que seguiré intentándolo.
¡Pan (aunque esté revenido como el mío)o muerte!

lola ha dit...

Exacto, me refería a "ésa". Su pan está ya conquistado; en casa, hemos dado buena cuenta.