divendres, d’abril 22, 2005

Lucidesa acerada i brutal


Existe una gran tentación de desembarazarse de lo intrínsicamente increíble por medio de racionalizaciones liberales. En cada uno de nosotros acecha un liberal que nos halaga con la voz del sentido común.
Hannah Arendt, Los orígenes del totalitarismo.
I també:
En lugar de producir un pacifismo desprovisto de realidad, la percepción de la estructura de las guerras modernas, guiadas y movilizadas por el miedo, podía haber conducido a la comprensión de que la única norma para una guerra necesaria es la lucha contra las condiciones bajo las cuales la gente ya no desea vivir, y nuestra experiencia sobre el infierno atormentador de los campos totalitarios nos ha ilustrado muy bien acerca de la posibilidad de semejantes condiciones. Así, el temoor a los campos de concentración y la resultante percepción sobre la naturaleza de la dominación total pueden servir para invalidar todas las anticuadas diferenciaciones políticas de la derecha a la izquierda y para introducir junto y sobre ellas el sistema de medición más importante para juzgar los acontecimientos de nuestro tiempo, es decir, para determinar si sirven o no sirven a la dominación totalitaria.
Però, caldria posseir una lucidesa acerada i brutal per distingir el sistema de medició més important del nostre temps i, sobretot, per a usar-lo adequadament i allà on correspon. L'optimisme liberal no deixarà, mentrestant, d'afalagar-nos a tort i a dret, a dreta i a esquerra.