dimecres, de març 24, 2010

L'espinosa, relliscosa, qüestió del mal. Hannah Arendt

Rectificació reconeguda de manera taxativa, provocativa també, en una carta de resposta inflamada a les crítiques a Eichmann a Jerusalem fetes pel seu amic Gershom Scholem. Del "mal radical" dels "Orígens del totalitarisme" a la "banalitat del mal". Per cert, les polèmiques de l'Arendt amb amics i coneguts són de piconadora; no sé si es feient, després, però ben segur que necessitaven de temps per llepar-se les ferides. No som una mica llepafils, ara i aquí?

[...] Tienes mucha razón: he cambiado de opinión y no hablo ya de "mal radical". [...] Ahora, en efecto, opino que el mal no es nunca "radical", que sólo es extremo, y que carece de toda profundidad y de cualquier dimensión demoníaca. Puede crecer desmesuradamente y reducir todo el mundo a escombros precisamente porque se extiende como un hongo por la superficie. Es un "desafío al pensamiento", como dije, porque el pensamiento trata de alcanzar una cierta profundidad, ir a las raíces y, en el momento mismo em que se ocupa del mal, se siente decepcionado porque no encuentra nada. Eso es la "banalidad". Sólo el bien tiene profundidad y puede ser radical.