dimecres, de març 09, 2005

De professors i altres animals


Des dels temps llunyans (o no) de la transició. 1977:

La opción izquierdista de la modernidad anticristiana (...)
El discípulo es más que el maestro, a no ser que éste halague los oídos con fábulas que estimulen la ruptura con todo lo "dogmático", es decir, con lo que puede ser enseñado. El implacable y ciego dogmatismo del error se reviste de criticismo y libertad de pensamiento (...) De aquí que nada hay que pueda ser enseñado. Se adula a quienes andan ahora, al decirles que "se hace camino al andar", y con ello se destruyen los resultados de todo lo antes andado, al decir también que "no hay camino".
El hijo es más estimable que el padre, porque el joven es más consciente que el adulto. Sería, si acaso, sólo despreciable el niño, en cuanto se entrega con simple ingenuidad a sus progenitores. Toda multitud tiene que encontrar en sí misma, sin principios superiores ni originantes, sus constitutivos y sus nexos. La nada es más que el ser, de aquí la "lealtad al futuro", que puede disfrazar de creatividad la traición, e incluso hacer permanentemente necesario el traidor, al no ser nunca pasada la traición, revestida de revolución permanente y de incesante moviento.
Tales deformaciones se difunden intensamente en la juventud universitaria. Estudiantes que llevan pocas semanas en las aulas, son invitados a la protesta contra estructuras académicas y planes de estudios, porque éstos fueron elaborados "a sus espaldas". Es la perspectiva en la que los hijos pueden recriminar a sus padres, porque no tuvieron en cuenta su criterio al tiempo de contraer matrimonio y engendrarlos.
La utilización de la dialéctica como "álgebra de la revolución" se expresa en la mitificación de las negaciones y en el dinamismo superador de las contraposiciones: el "no-numerario" es así un mito dialéctico, que empuja hacia la síntesis: el "no-numerario-numerario": Mientras la estabilidad "napoleónica" del numerario es inmovilismo y anquilosamiento, la síntesis, por el traspaso de la tesis en lo negativo, asegura la permanencia del devenir revolucionario(...)
Esta extraña, pero muy generalizada, mentalidad "dialéctica", que pretende la superación de lo contradictorio, comienza por desintegrar la realidad y oponer entre sí también sus elementos complementarios o correlativos, para exigir después que sean sintetizados como contrarios. De aquí la desconcertante insistencia con que se propugnan "conciliaciones" entre principios totalmente inseparables: hay quien entiende que el "orden" tiene que conciliarse con la "libertad política", o que se ha de hacer compatible la libertad del individuo y de la familia con la justicia en la vida social. Es obvio que en estos casos se ha perdido todo sentido y orientación sobre la vida humana y sus dimensiones. Acostumbrados a la necesidad de superar las contradicciones imaginadas, la "conciliación" se extiende después a la verdad y al error y a la luz y a las tinieblas.
El títol del llibre en qüestió ja és impagable: Política española: Pasado y futuro. También en política, la verdad es la realidad de las cosas.
L'autor es Francisco Canals Vidal. Catedrátic de metafísica, tomista fins a la medul.la. En una página propera en parlaré. Calia, abans, que em carregués les piles.