Clàssics

Tot llegint "La democracia en América", trobo, entre moltes altres, la següent perla; de fet, els llibres considerats clàssics, ho són, també i potser sobretot, pels pous d'intel.ligència, que s'hi troben, com de passada (no és de passada, en aquest cas, en el llibre de Tocqueviile, però sí que ho serà en aquest post)

Del poder judicial en los Estados Unidos y de su acción sobre la sociedad política

No sé si necesito decir que en un pueblo libre, como el americano, todos los ciudadanos tienen derecho a acusar a los funcionarios públicos ante los jueces ordinarios, y que todos los jueces tienen derecho a condenar a los funcionarios públicos; de tal forma resulta natural la cosa. [...]

En el año VIII de la república francesa, apareció una constitución cuyo artículo 75 estaba así concebido: "Los agentes del gobierno, igual que los ministros, no pueden ser perseguidos, por hechos relativos a sus funciones, más que en virtud de una decisión del Consejo de Estado; en este caso, el proceso tiene lugar ante los tribunales ordinarios."

La constitución del año VIII pasó, pero no ese artículo, que permanece vigente, y al que se oponen, todos los días, las justas reclamaciones de los ciudadanos [...]

Ocurría con frecuencia, en la antigua monarquía, que el parlamento decretaba la detención del funcionario público que se hacía culpable de un delito. A veces, por intervención de la autoridad real, se hacía anular el procedimiento. El despostismo se mostraba entonces al descubierto, y, al obedecer, no había sometimiento más que a la fuerza.

Hemos retrocedido muchos, pues, del punto a que habían llegado nuestros padres; porque dejamos hacer, so capa de justicia, y dejamos consagrar, en nombre de la ley, lo que sólo la violencia les imponía a ellos.


En llegir el paràgraf final, recordo un duríssim sarcasme de Céline, al "Viaje al fin de la noche":

Conque al servicio de la Compañía Pordurière del pequeño Togo trabajaban, al mismo tiempo que yo, ya lo he dicho, en sus cobertizos y plantaciones, gran número de negros y de pobres blancos de mi estilo. Los indígenás, por su parte, no funcionan sino a estacazos, conservan esa dignidad, mientras que los blancos, perfeccionados por la instrucción pública, andan solos.



Llegint les explicacions de Tocqueville sobre el fort (i, a la vegada, limitat. Diria que tot el llibre vol posar de relleu el funcionament equilibrat de la democràcia americana, en funció dels límits posats a i entre les estructures de poder, límits que conjuren el despostisme; qüestió, per altra banda, que tant influirà en les reflexions polítiques d'Hannah Arendt), el fort, doncs, poder polític del poder judicial americà, recordo, també, tantes i tan bones pel.lícules americanes amb temàtica judicial. Ahir, per cert, vaig veure'n una, de denúncia, sobre un bufet monstruós d'advocats, que aprofito per recomanar: Michael Clayton.