Així s'escriu i no s'escriu la història
Jean-Pierre Vernant, gran resistente y filósofo, explica que una de las razones por las que se dedicó a Grecia es porque la disciplina del Partido no llegaba hasta allí. Tenía una libertad de investigación mayor si se interesaba por el pasado lejano que si se apasionaba por la historia contemporánea.
En cierto sentido negativo, éste también es mi caso. Hablando claro: nunca intenté ocuparme de la historia rusa porque sabía que tendría problemas, sobretodo para la historia rusa moderna, donde habría tenido que decir cosas absolutamente inaceptables. En la década de 1930 era bueno, por ejemplo, haber interiorizado la hostilidad al trotskismo, pero, a pesar de todo, se sabía que lo que se decía sobre el tema de Trotski era completamente falso (...) Por esa razón terminé mi trabajo intelectual en 1914. Pero, en el fondo, existía cierta libertad (...) Pienso que el Partido nos veía como buenos camaradas... Los rusos se tomaban un poco a broma lo que hacíamos, casi nos animaban a seguir investigando. Éramos casi libres.
Eric J. Hobsbawm (Conversación con Antoine Spire), El optimismo de la voluntad. Ed. Paidós
El pessimisme de la raó i l'optimisme de la voluntat, deia Gramsci. La historiografia científica, la metodologia científica, l'única possible que exclou tota altra concepció de la història. Hobsbawm, un dels grans. Les facultats del nostre país són modèliques en aquesta curiosa aplicació de l' optimisme. La raó es deu tornar tan pessimista pel menyspreu que rep, el mobbing de la raó a mans de la voluntat.
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